
Una segunda investigación judicial sobre la muerte de Amy Winehouse confirmó que murió por exceso de alcohol, informó el tribunal de Saint Pancras en Londres.
La primera pesquisa determinó en 2011 que su fallecimiento había sido “accidental” y posiblemente por consumo excesivo de alcohol, pero la investigación fue invalidada al descubrirse que la magistrada a cargo del caso no tenía las calificaciones necesarias.
En esta segunda pesquisa, para esclarecer la muerte de la joven, la jueza forense Shirley Radcliffe señaló que la cantante, fallecida el 23 de julio de 2011, tenía más de cinco veces el límite permitido de alcohol para conducir.
Según Radcliffe, Amy falleció por “tener unos niveles de alcohol generalmente asociados con la muerte” y que consumió de manera “voluntaria”. Desde su muerte, la artista aumentó sus seguidores.
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