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viernes, 22 de noviembre de 2013

Hotel lanza habitaciones temáticas de “Mi villano favorito”

El establecimiento hotelero está dentro del parque temático de Universal Studios en Orlando. Los cuartos rinden homenaje a la exitosa película animada



El éxito de “Mi villano favorito” llevó a los dueños del hotel Loews Portofino Bay, ubicado dentro del parque temático Universal Studios en Orlando, a rendirle tributo a la exitosa película animada nada menos que con habitaciones que replican la casa del malvado Gru.

Las habitaciones retratan el mundo de “Mi villano favorito” y están decoradas con ilustraciones de esos curiosos personajes de color amarillo que forman su ejército de esbirros.

Estos cuartos, explica la página web de Globo, están unidos a las habitaciones de los adultos.

Tokio: guía para no perderte de nada en este escaparate de tendencias

La capital japonesa ofrece un sinfín de atractivos a los visitantes: la torre más alta del mundo, tribus urbanas, una deliciosa gastronomía y mucho más



(EFE). Tokio, la capital de Japón, es una ciudad superlativa. Aquí vive la cuarta parte de la población del país; aquí está la torre de comunicaciones más alta del mundo; aquí hay un robot que sale a conversar con los visitantes de un museo diariamente; aquí miles de jóvenes visten y viven como si de personajes de manga se tratase… Tokio es digno de ver, digno de vivirse.

Para comenzar a definir Tokio, a explicar cómo es esta ciudad, resulta descriptivo decir que llegamos a su estación central tan sólo dos horas y quince minutos después de haber tomado el tren en Kioto. Son 600 kilómetros de distancia, pero los hemos recorrido en el “tren bala” a alta -altísima- velocidad y por poco más de 100 euros.

Es un ejemplo más de las avanzadas tecnologías aplicadas a todos los campos en este país, Japón, cuya capital es la quintaesencia de todo ello. ¿Cómo es Tokio? Difícil responder. Es diferente, muy diferente. Todo es superlativo en esta ciudad. Ejemplos de ello son la torre Skytree; el museo Nacional de las Ciencias e Innovación, en una isla artificial, o el archiconocido, gracias a la gran pantalla, cruce de Shibuya.

LA TORRE MÁS ALTA DEL MUNDO
Una de las grandes atracciones de la ciudad de Tokio actualmente es latorre Skytree, la torre de comunicaciones más alta del mundo (así figura en el libro Guinnes de los récords), con sus 634 metros de altura. Se ha diseñado con la forma de un imponente árbol cuya visión se pierde en el cielo si miramos desde abajo. La iluminación cambia en días alternos de los tonos azules a los tonos púrpura.

En el punto de los 350 metros, así como en el de los 450, los miradores de cristal permiten una vista impresionante de la ciudad siempre que la niebla (la altura de la torre gana a la de las nubes en ocasiones) lo permita.

Antes de acceder a la torre hay que pasar por el Tokio Solamachi, un enorme centro comercial de más de 300 tiendas, solo un ejemplo más de los muchos centros comerciales que se pueden encontrar en la capital japonesa.

Todos hemos oído hablar del metro de Tokio y sus empujadores y de los trenes japoneses y su moderna tecnología y altísima velocidad. Pues uno de los ejemplos más impactantes de todo ello es el Yurikamome, que es un tren sin conductor. Desde Shimbashi, este tren nos lleva hasta Odaiba, una isla artificial que se puede considerar un destino en sí misma porque cuenta con tantos atractivos que, si se quieren exprimir todos, será preciso más de un día de estancia.

La primera recomendación antes de tomar el Yurikamome es intentar subir en el primer vagón, para poder vivir la sensación de viajar sin conductor al mismo tiempo que se disfruta de las estupendas “postales” de la bahía de Tokio que nos ofrece el recorrido.

HABLANDO CON ASIMO
En Odaiba se encuentra el Museo Nacional de las Ciencias e Innovación que espera al visitante con numerosos descubrimientos y curiosidades atractivos para todos los públicos, algunos muy especialmente indicados para los niños. Podrá ver una reproducción del interior de una nave espacial, por ejemplo y comprar en la tienda de souvenirs algunos alimentos de los que llevan en sus “viajes” los astronautas.

Pero, sin duda, el mayor atractivo de este museo es Asimo, el robot que habla con el público y juega al fútbol con los visitantes. Actualmente, los investigadores están estudiando a Asimo con el fin de ver a qué grado de comunicación pueden llegar estos robots con los seres humanos. Un espectáculo el que nos ofrece Asimo digno de ver. Será uno de los recuerdos más curiosos que nos traigamos de vuelta a casa, sobre todo los más pequeños.

SHIBUYA, UN SÍMBOLO DEL IR Y VENIR DE LA CIUDAD
La palabra Shibuya quizá no diga nada a quien la oye o la lee, pero si explicamos que en Shibuya se encuentra el cruce de calles más abarrotado del mundo (al menos esa es su fama), que tiene semáforo rojo en las cuatro direcciones al mismo tiempo, lo cual permite que los peatones lo invadan por completo cruzando, incluso, en sentido diagonal, seguro que todo el mundo es capaz de traer a la memoria algún recuerdo, alguna escena vista en el cine de este punto de Tokio.

Igual de impresionante que ver la masa de peatones pasar de un lado a otro de este cruce es comprobar cómo buena parte de esa gente entra -más bien invade- el acceso al metro. En esta plaza se concentra la gente joven que la utiliza como punto de encuentro para encaminarse después a los centros comerciales, algunos de ellos entre los más famosos de la ciudad, como Shibuya 109, bares o restaurantes de la zona.

Porque Shibuya, y la cercana zona de Omotesando, son el centro de las tendencias de última hora de la juventud japonesa; tendencias que cambian a un ritmo vertiginoso, al mismo ritmo que el visitante puede ver pasar a su lado por las calles de la zona, a los grupos de jóvenes que van de acá para allá en sus rutas de diversión.

Sentarse en un café de esta zona de Tokio es disponerse a ver un espectáculo, un escaparate de la moda, de la vanguardia, representado por esos transeúntes que van y vienen de un lado a otro.

OMOTESANDO, LA MINICIUDAD DEL SHOPPING
Es una amplia avenida adornada con árboles en ambos lados y podría ser un lugar para un relajante paseo tras el que acceder al santuario Meiji Jingu, pero es en realidad un desfile continuo de gente -joven en su mayoría- que lo invade todo. Se conoce a Omotesando como una “miniciudad del shopping”.

Restaurantes, cafeterías y tiendas, incluidas las de muchas grandes marcas internacionales, se agolpan a ambos lados de la avenida. Las pequeñas calles que confluyen en Omotesando, alguna peatonal, incluso con pequeños jardines en el centro, más tranquilas, son una especie de prolongación de la pasarela de comercios que es la avenida.

EL TEMPLO DE LOS OTAKUS
La más especial de todas ellas es, sin duda alguna, Takeshita Dori, auténtico templo del manga, el paraíso de los otakus -seguidores del manga-. A un lado y otro de la calle se agolpan los comercios que venden todo tipo de artículos -ropa incluida- relacionados con los personajes del manga y otros ídolos de los adolescentes.

No se puede decir que se ha visitado Tokio si no se ha “perdido” un rato en Takeshita Dori, paseando -intentando avanzar entre la gente, más bien- entre grupos de jóvenes “cosplayers” -ataviados con la misma indumentaria que sus personajes favoritos- . Es una vivencia irrepetible. No sabe el viandante si se encuentra de verdad en una calle de Tokio o en un plató de cine al aire libre.

La zona de Harajuku es un área de concentración no solo de los cosplayers, sino de los fans de otros muchos estilos: Lolita, Kodona (victoriano), Visual Kei (de aspecto andrógino)… y un sinfín más, incluidos los más conocidos como los rockabillies o los raperos.

Para hacer un alto en el camino y tomar una cerveza o comer algo, muy cerca está 246 Common, una pequeña zona de puestos al aire libre con un agradable ambiente.

EL PARAÍSO DE LA ELECTRÓNICA
No se puede terminar un recorrido por Tokio, aunque sea breve, sin recorrer Akihabara, que es el “barrio de la electrónica”, auténtico paraíso de los aficionados a las últimas tecnologías. Las tiendas especializadas en electrónica e informática se mezclan con establecimientos de segunda mano en Electric City pero, sin salir del barrio, también hay grandes establecimientos dedicados al manga y al anime que hacen las delicias de sus fans.

Pero no solo hay tiendas. También hay bares y cafeterías temáticos dedicados a grupos musicales o figuras de la tele, el cine o la canción.

Y, si Akihabara es el barrio de los comercios de electrónica, el paraíso de la moda está en Ginza. Es el barrio comercial de Tokio y aquí se congregan todas las grandes firmas internacionales. Los escaparates representan una suerte de competición del lujo y la sofisticación; es una delicia pasear por delante, pararse a deleitarse en cada uno de ellos, incluso entrar en alguna de las tiendas y sentirse una “pretty woman”.

El cruce de las calles Chuo y Harumi es un punto neurálgico y quizá el lugar más representativo del barrio. Los domingos, las calles se prohíben al tráfico, se hacen peatonales y facilitan el paseo tranquilo y las compras. En el centro, mesas y sillas, incluso sombrillas, ocupan el lugar de los vehículos para facilitar un alto en el camino.

LA HORA DEL DESCANSO Y EL PALADAR
Es difícil hablar de gastronomía en Tokio. Por supuesto, no por falta de opciones de todo tipo, sino más bien por todo lo contrario. En esta ciudad, de la que se dice que es la mayor aglomeración urbana del planeta (en ella viven 12 millones de personas, la cuarta parte de la población de Japón), existe una enorme oferta de casi todo, incluida por supuesto su gastronomía.
Digna de mencionar es la calidad y frescura del pescado en muchos de sus restaurantes, condición imprescindible para que el comensal disfrute de cualquier plato pero especialmente del sushi o el sashimi.

Claro que, además de los platos más conocidos de la gastronomía japonesa, Tokio ofrece otras posibilidades muy originales aunque no alcancen la misma excelencia gastronómica. Uno de los platos que hay que probar es el okonomiyaki, una especialidad que los japoneses nos traducen como “pizza japonesa”. En realidad se parecen más a una tortilla con diferentes ingredientes y tienen un aliciente añadido: es el propio comensal quien la cocina, a su gusto, en su mesa.

Y, si difícil es recomendar en esta megaciudad un restaurante, más complicado es hacerlo en el ámbito del hospedaje. La oferta es muy grande en todas las categorías y se encuentra diseminada por toda la ciudad. Un ejemplo de hotel muy japonés aunque de aspecto muy internacional y, además, bien comunicado es el Niwa Hotel, muy próximo a la estación de Suidobashi del tren JR.

Es un establecimiento muy funcional, con habitaciones cómodas aunque no demasiado espaciosas, buen bufé de desayuno (equilibrado entre platos japoneses e internacionales) y bien equipado para los huéspedes en viaje de trabajo.

Cuenta con lavandería con máquinas lavadoras-secadoras y un pequeño gimnasio de acceso gratuito para los clientes.

David Ferrer disfrutó de su visita por Cusco y Machu Picchu

El tenista que enfrentó a Rafael Nadal el domingo pasado paseó por la Ciudad Imperial y compartió por Twitter fotos de su viaje



David Ferrer, tenista español número tres del mundo, se paseó por el Cusco junto a su novia y luego por Machu Picchu como parte de una visita turística aprovechando su paso por nuestro país.

Ferrer, quien enfrentó a su compatriota Rafael Nadal en Lima el domingo en un partido de exhibición, conoció Lima antes de viajar a la Ciudad Imperial. En declaraciones a la prensa, agradeció el trato amable de los peruanos.

Sin embargo, recién el martes llegó al Cusco y, luego, siguió su ruta por Machu Picchu, donde se tomó una fotografía al lado de su novia, Marta Tornel. La instantánea la compartió por Twitter para mostrarle a sus seguidores la belleza del paisaje.

¿Planeas visitar museos y galerías de Lima?: estos son los imprescindibles

De un tiempo a esta parte, la inauguración de excelentes exposiciones de arte suelen coincidir en nuestra ciudad



ENRIQUE PLANAS

“Barranco a pie” se titula la muestra de fotografía que presenta Ramiro Llona en el Museo de Arte Contemporáneo de Barranco. Sus imágenes son, justamente, eso: el testimonio de un artista que camina, que recorre su distrito por las mañanas, sorprendiéndose en cada esquina. Es una vocación que todos podríamos asumir al ver cómo las exposiciones de gravitantes artistas locales han coincidido en esta semana, como si nos invitaran a salir de casa y emprender nuestro recorrido privado por las principales galerías y museos de arte del medio. Aquí, ofrecemos una guía para ese paseo artístico.

Además de Llona, en el MAC Barranquino se presenta una colectiva especialmente sólida. Se trata de “Acero”, muestra que presenta las más diversas obras de escultores entregados a esta aleación que define nuestra contemporaneidad: Marinés Agurto, Javier Aldana, Johanna Hamman, Pool Guillén, Manuel Larrea, Alfredo Ledesma, Carlos Olivera,Álvaro Roca Rey, Iliana Scheggia, Ango Shimura y Miguel Ángel Velit. A pocas calles de allí, en la galería Lucía de la Puente, se acaban de inaugurar dos exposiciones memorables. Se trata de “Ignoto”, de Jorge Cabieses” y “Estudios de Piegue”, de Kenji Nakama. En la sala principal de la galería, Cabieses, uno de los artistas jóvenes más reconocidos debido a su estilo geométrico, experimenta en nuevos materiales y cuestiona la representación de la imagen tradicional, reivindicando contra ella la forma, el color, la línea pura y la condensación cromática. Mientras tanto, en la sala del segundo piso, Nakama nos ofrece una muestra de marcado equilibrio Zen. En ella, el papel, material volátil, frágil y perecedero, nos sorprende por su versatilidad al plegarse en infinitas posibilidades. El artista los somete a diversos experimentos regidos por una serie de estructuras horizontales, verticales o diagonales, con lo que logra diversos efectos ópticos.

Al pocos metros de la galería Lucía de la Puente, abrió sus puertas un nuevo punto de encuentro en el circuito artístico. Se trata de la Galería José Cobo, en el 212 del Paseo Sáenz Peña, donde el galerista español trae delicadas piezas de Picasso, Picabia, Polke, Saura, o la peruana Sandra Gamarra, dedicadas al retrato femenino.

MIRAFLORES Y SAN ISIDRO
Fuera del circuito barranquino hay otras exposiciones también recientemente abiertas. En Miraflores, en la galería Fórum (Av. Larco 115 ) inauguró ayer la muestra “Figuras muchos después de Yaddo”, de José Carlos Ramos, un artista singular y sorprendente dentro de nuestra plástica. Frescos y tiernos, sus cuadros plasman urbes, bodegones, caballos o personajes que nos trasladan a una dimensión mágica en la que el humor siempre está presente. En San Isidro, también inauguró ayer “El diálogo, el pastiche y la memoria”, en la que Ramiro Pareja pone a dialogar sobre el lienzo tradiciones occidentales y orientales, la estampa japonesa con la profundidad goyesca.

EN EL MALI
Abierta en el Museo de Arte de Lima, “Un cuerpo ambulante”, retrospectiva de Sergio Zevallos en Grupo Chaclacayo (1982-1994), nos recuerda la provocación del arte performático de la época. Sin duda, creará una íntima sintonía con “Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina” que abre sus puertas este sábado 23 en las salas temporales del MALI. Organizada por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de España, esta muestra profundiza en la devastación política que la violencia ocasionó sobre el cuerpo, así como a la disidencia sexual de esos años políticamente convulsos, desde el golpe de Estado de Pinochet hasta las protestas zapatistas en México. Mucho por ver y hacer memoria.

Nueva York: la vida diaria en la ciudad más cosmopolita del mundo

En nuestro blog Cinco Continentes, un viaje fotográfico por la Gran Manzana para conocer las costumbres y la cotidianeidad en esta famosa urbe estadounidense



La gran cantidad de series y películas ambientadas en Nueva York hacen que muchas de sus calles y edificios nos resulten familiares, sin embargo, “ninguna de las escenas televisivas que hayamos visto se compara con la sensación de estar en el medio de todos esos enormes rascacielos y tanta gente, sintiéndote tan insignificante”, escribe Daniel Barreto en el último post de nuestro blog Cinco Continentes.

“Si es la primera vez que vas a Nueva York, vas a tener un itinerario muy apretado: Estatua de la Libertad, el Empire State, Central Park, Times Square, Broadway, Wall Street, la sede de la ONU y más. Lo bueno de volver una y otra vez es dejar de un lado el itinerario turístico y descubrir sus barrios, su diversidad, su lado humano”, indica el autor del blog, y ese lado humano es precisamente lo que nos muestra en esta nueva entrega.

A través de diversas fotografías, Barreto, ilustra la vida diaria de esta famosa ciudad estadounidense. Así, en el post aparecerán ante nuestros ojos imágenes de “turistas que caminan distraídamente observando los edificios e ignorando a los peatones más apurados”, de grafitis hechos por artistas callejeros, de habitantes en sus momentos de descanso, de taxistas y policías, y de grupos de inmigrantes que conservan sus tradiciones y herencia cultural, entre otras.

Osaka: un sabroso recorrido por el Japón gastronómico

Esta ciudad japonesa destaca por el lugar privilegiado que ocupa la gastronomía en su vida diaria, sus calles y sus barrios



(EFE). Ya en el primer acercamiento, cuando el visitante solo lleva unos minutos en la ciudad, puede comprobar que Osaka cumple con todos los tópicos de las urbes japonesas. Los altos edificios, el gentío de acá para allá en sus calles, luces y rótulos de neón… Detrás de todo eso, descubrimos el genuino Osaka.

Cuando se entra en Japón por la ciudad de Osaka, el primer contacto con este país asiático no hace más que confirmar la imagen de meca de la tecnología y la vanguardia que el viajero ya tiene en mente antes de llegar. El motivo no es otro que un original aterrizaje en el aeropuerto internacional de Kansai, ubicado en una isla artificial.

Después, ya en un primer recorrido por la ciudad, se confirma el concepto de país moderno e innovador que todos, conozcamos o no Japón, tenemos de ese país. Sus calles, la gran cantidad de gente que por ellas deambula, sus edificios, las luces, los anuncios, la música…

EL AGUA
Y aquí, en Osaka, encontramos además algunos símbolos propios de la ciudad, como el agua. Sus canales y puentes, ya sean amplias pasarelas peatonales, ya las carreteras “volantes” que crean una especie de tela de araña sobre las calles de esta ciudad, dan testimonio de ello. Precisamente por su calidad de localidad portuaria, Osaka comenzó un importante comercio con China y Corea, hace ya cientos de años, que le valió el desarrollo comercial y cultural.

En algunos barrios, como Umeda, en el distrito de Kita, estas sensaciones se multiplican. Edificios de oficinas, grandes centros comerciales que albergan a las marcas más internacionales y exhiben lo último en moda en sus escaparates… Y, sobre todo, el ir y venir de la gente en las calles, en el metro, en el tren JR… Esto es Japón.

Un Japón en el que lo que brilla son las cosas más extremas, las más grandes, las más extrañas. Umeda es uno de los lugares más adecuados para sentirlo. Son tantos los centros comerciales que uno se pregunta si en realidad puede haber suficientes habitantes en la ciudad para dar actividad a todos. Pues sí, todos ellos tienen público aquí y allá, incluso filas para pagar en las cajas. Y los hay de todo tipo: El Hep Five tiene una noria de 106 metros y el Whity Umeda, en el subsuelo de la ciudad, es el centro comercial subterráneo más grande de Japón.

JAPÓN GASTRONÓMICO
Pero Osaka, que como muchas otras ciudades de Japón tiene en sus calles un auténtico escaparate de jóvenes ataviados según las últimas modas –las últimas porque son decenas las diferentes tendencias- y de grupos de seguidores del manga, sorprende al visitante por el lugar que ocupa la gastronomía.

Un lugar privilegiado que se descubre también en sus calles. Fundamentalmente en ciertos barrios. Porque si el área de Den Den Town, por ejemplo, reúne cientos de tiendas y negocios con las últimas tendencias de la electrónica y con todo lo que se pueda imaginar sobre el manga, hay otras zonas en las que lo que protagoniza la vida, diurna y nocturna, es la gastronomía.

Se puede observar con nitidez en el barrio de Dotombori, que podemos bautizar como el “gastrobarrio” de Osaka. Calles peatonales estridentemente alumbradas, semitechadas, a lo largo de las cuales se ordenan, uno tras otro y a ambos lados, restaurantes grandes y pequeños; de diferentes especialidades que se anuncian con gigantescas figuras de cangrejos, peces o el animal que protagonice la carta del local sobre la puerta y de cuyo interior suelen escapar hacia la calle las músicas más discordantes.

Conviven éstos con pequeños locales, incluso puestos, que prepara comida para llevar a casa o degustar mientras se pasea por la calle.

KUROMON, LA DESPENSA DE LA CIUDAD
Pero como un viajero que se precie no se empapa del lugar en el que está si no disfruta y prueba la gastronomía autóctona y, también, si no conoce el mercado de la localidad. No podremos decir que hemos estado en Osaka si no hemos visitado, por la mañana, el mercado Kuromon. Un escenario parecido al descrito anteriormente, de calles peatonales semitechadas, y tiendas de alimentos (pescado fundamentalmente) con el género expuesto en la calle –artísticamente expuesto en algunos casos- constituye una visita turística de las más atractivas. Deambular por allí al comenzar el día, parar en alguno de sus puestos, incluso probar un té amablemente preparado por el vendedor rodeado de decenas de tipos de esta infusión, resulta de lo más placentero.

Alimentos crudos, fundamentalmente todo tipo de pescado y mariscos, packs de sushi y otros platos envasados listos para llevar, dulces de todos los tamaños y colores… Allí es donde compran los ingredientes para su menú diario tanto los ciudadanos que elaboran luego el plato en su casa como los chefs que llevan la mercancía hasta las cocinas de sus restaurantes.

DOTOMBORI, EL “GASTROBARRIO”
Fue en esta ciudad, en el que hemos definido como “gastrobarrio”, Dotombori, donde se inventó el Sushi go around, una fórmula de restauración que se puede probar en el restaurante Malteen Shushi, en el mismo Dotombori. ¿En qué consiste el Sushi go around? Sencillamente en que las mesas están dispuestas de modo que todas están adosadas a un pequeño mostrador con una cinta desplazadora sobre la que están colocados los platos con pequeñas raciones.

Sin moverse de la mesa, el comensal toma de la cinta lo que le apetece y, si quiere tomar algo que no ve pasar ante él, tiene una pequeña pantalla (en todas las mesas) en la que puede desplegar la carta del restaurante y solicitar el plato que desee para que se lo preparen en el momento. Diferentes tipos de sushi, tempuras de pescados, mariscos o verduras… Un auténtico despliegue de la más genuina gastronomía japonesa al alcance de la mano.

También podemos ir “de brochetas” en Osaka. Así podemos definir la oferta del restaurante Kushiya Monogatari, cuya especialidad son los kushikatsu. ¿En qué consiste? Un palito en el que se han insertado los pedazos de carne, pescado, marisco… y que el comensal lleva a la mesa desde los mostradores del autoservicio; una freidora insertada en cada una de las mesas; un par de platos con los ingredientes para rebozar… ¡Y a cocinar y degustar sin esperar que el cocinero prepare tu comanda! Porque tú mismo rebozas y fríes los ingredientes que previamente has elegido. Resulta un original, informal y agradable modo de degustar la gastronomía nipona.

LA TRANQUILIDAD TAMBIÉN EXISTE
Pero Osaka no es solo la gastronomía y la modernidad. Es una ciudad japonesa y como cualquier rincón de este país contiene restos de la larguísima historia nipona. Una muestra es su castillo que, aunque ha sido reconstruido varias veces, data del siglo XVI.

Se alza en el centro de un gran parque que es uno de los lugares elegidos por los habitantes de Osaka para pasear cuando se abren sus jardines en la estación de los cerezos en flor. Su torre es un privilegiado mirador desde el que se disfrutan unas magníficas vistas de la ciudad. Y su entorno uno de esos lugares en los que se respira tranquilidad, una paz que no parece posible junto a una ciudad moderna y vibrante como esta.

No se trata de la edificación original, pero el Castillo de Osaka es todo un símbolo del poder y la historia de la ciudad. Y tras sus paredes alberga más de 4.000 objetos históricos que se exponen al visitante.

La oferta de alojamiento en la ciudad es amplia, pero lo más recomendable es hospedarse en un lugar céntrico para que las distancias no sean impedimento para disfrutar de la visita. Junto a la estación de metro de Namba, a muy pocos minutos a pie del mencionado barrio de Dotombori, está el hotel Namba Oriental, que se autodefine como un “oasis en la ciudad”.

Y es así. Se encuentra en una de esas calles peatonales plagadas de restaurantes, tiendas y pachinkos –enormes locales de máquinas recreativas ambientados con estridente música a todo volumen y llenos hasta la bandera de clientes a todas horas- en las que a cualquier hora de la noche parece mediodía gracias a la proliferación de luces y neones.

Cruzar la puerta desde la calle es una sorpresa, puesto que no accedemos directamente al hotel. Hay que tomar un ascensor que nos conduzca a la tercera planta del edificio donde tenemos la recepción y el resto de las dependencias del hotel. Efectivamente, tenemos la impresión de habernos trasladado a un lugar distante de la vida de la ciudad, tranquilo y silencioso. Esta sensación se agudiza más si cabe en el pequeño patio interior, presidido por una fuente central cuyo susurro contribuye a ese ambiente de tranquilidad.

Atención especial merece el buffet del desayuno en el Namba Oriental. Todo tipo de pescados y platos netamente japoneses se ofrecen al comensal. La primera impresión para el visitante occidental es, cuando menos, chocante. Si queremos imbuirnos del espíritu del lugar –por aquello de “donde fueres haz lo que vieres”- habrá que olvidarse del café con tostadas. Para los más inamovibles, no faltan algunos cereales y dulces con los que acompañar el café con leche en un desayuno más “de andar por casa”.

Lampa y sus maravillas coloniales: así es este enigmático lugar de Puno

Este tranquilo distrito guarda una rica historia en su templo principal, calles y antiguas casas. Es el punto de partida del circuito cordillerano

RENÉ ZUBIETA @renezp

Un lugar detenido en el tiempo para revivir la historia. Así parece ser el distrito de Lampa, en la provincia del mismo nombre en Puno. Tranquilidad y paz es lo que se siente cuando uno camina por sus angostas calles o se sienta en una de las bancas de sus plazas.

Ubicada a 30 minutos de Juliaca o una hora de Puno, Lampa es conocida como la “ciudad rosada” por el color de sus antiguas casas de adobe y sillar, y sus tejas en los techos. Sus construcciones dan testimonio de una herencia arquitectónica colonial, pues el pueblo se creó tras la llegada de los españoles allá por 1540 y el inicio de la explotación minera en la zona de cordillera.

Las manifestaciones culturales prehispánicas también se aprecian en el jirón Alfonso Ugarte, un apacible paseo peatonal con luminarias y bancas que presenta esculturas de personajes típicos y autóctonos de la provincia, como los ayarachis. Justamente, durante la visita que realizamos, pobladores del distrito de Palca representaron esta danza indígena fúnebre portando entre su colorida indumentaria sombreros en los que destacaba un tocado de plumas.

Pero la enigmática Lampa es mucho más, tiene más maravillas que mostrar e historias que contar.

EL TEMPLO, SU OSARIO Y CATACUMBAS
Entre las plazas Bolognesi (la principal) y Grau se encuentra el monumental e imponente templo jesuita Santiago Apóstol, construido inicialmente de adobe en el siglo XVII, pero luego reestructurado con rocas. Al realizar un ceremonial viaje al interior, resaltan su altar con ornamentos de plata; en la parte del coro, un órgano de madera y latón traído de Bélgica en 1620; luego una escultura de la virgen de Chiquinquirá, un Cristo crucificado hecho a base de cuero de vaca y además articulado, y cuadros de la escuela cusqueña representando la vida de Jesús y del apóstol San Pablo.

Pero otra grata y emocionante experiencia se vive debajo del templo al caminar por las catacumbas. Las leyenda local cuenta que algunos de los pasajes bloqueados conducen a la mina de oro más rica de Lampa e incluso hacia Cusco y Arequipa.

En parte de este espacio que guarda muchas historias de vida y misterios se ubica un impresionante mausoleo que conserva en su base, muros y cúpula cráneos y huesos milimétricamente ordenados. El osario que ahora parece una fúnebre obra de arte fue inicialmente construido con sillar rosado, pero se restauró en 1960 para luego ostentar su actual apariencia. Se trata de restos de obispos, sacerdotes y más de mil personas importantes de la zona, como Enrique Torres Belón, notable ingeniero de minas lampeño que fue diputado y senador por Puno.

Sobre la parte superior de la bóveda de huesos brilla una copia de La Piedad, del artista renacentista Miguel Ángel, elaborada en aluminio. Pero la más notable réplica de la famosa escultura –cuyo original está en la Basílica de San Pedro en el Vaticano- fue hecha con yeso cristalino y se encuentra frente al templo, en la municipalidad provincial, también de llamativa arquitectura exterior.

ACOGEDORA CASONA
Frente a la plaza de armas de Lampa y a lo largo de poco más de una cuadra se aprecia la casona de la familia Frisancho, parte de una antigua hacienda que se convierte en otro claro ejemplo de lo que fue la colonia. Este lugar principalmente de adobe -y de unos 350 años de antigüedad- fue restaurado hace cuatro años, brindando ahora acogida a visitantes previa coordinación.

Sus espacios son muy acogedores y reconfortantes, guardan esa peculiaridad y detalles de lugar antiguo que le dan al solar un toque especial para ser más interesante y llamativo. Con solo abrir la ventana de sus habitaciones en las primeras horas de la mañana –e incluso desde la madrugada- se aprecia el espectáculo del sol iluminando los rincones de este inmueble y su patio.

PUNTO DE PARTIDA
El actual dueño de la casona es Óscar Frisancho, presidente del Patronato de Lampa, un entusiasta empresario lampeño abocado a promover el desarrollo turístico de su tierra. Él ve con optimismo la culminación del asfaltado de la carretera Cara Cara – Lampa y las obras de la vía hacia Cabanillas, pues permitirán facilitar el acceso al circuito cordillerano de Puno. Justamente, Lampa es el punto de partida en el circuito cordillerano.

A juicio de Frisancho, con esas vías, los turistas que vienen de Cusco y Arequipa con dirección a Puno para conocer el Titicaca podrán tener a Lampa como primer golpe de vista. Coincide con el alcalde de Lampa, José Hañari Monzón, en resaltar también que esa infraestructura conllevará a la instalación de más servicios para los visitantes.

Finalmente, para el titular de la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo, Manuel Quiñones León, el mensaje es claro:

“Lampa es un producto que lo teníamos reservado inconsciente o conscientemente. Pero ahora es el momento que se presenta la oportunidad para un despegue. Y eso va a contribuir para tener un atractivo turístico importante que contribuirá a la permanencia de los turistas por un día más […] Creo que del 100% de personas que visitaron Lampa, ninguno ha quedado insatisfecho. Todos han salido contentos y con muy buenos comentarios. Y eso garantiza la sostenibilidad de este nuevo circuito turístico”.